viernes, junio 15, 2007

15J

Mucho se les llena la boca con la palabra democracia a nuestros senyores políticos. Mucho dicen defender la Constitución y las libertades y derechos civiles. Mucho nos hacen creer que luchan por conseguir la paz, la derrota del terrorismo y el fin de la violencia. Meeting por aquí, reunión por allá, sesión de control en el Congreso... pero mucho se les olvida que todavía quedan voces discordantes que recuerdan que las palabras sino van acompanyadas de hechos no son más que humo.

Hoy se celebra el 30 aniversario de las primeras elecciones democráticas (¿?) en Espanya tras cuatro décadas de dictadura. Y se celebra con el leit motiv que ha acompanyado siempre la mitólogia de la Transición espanyola. Tópicos típicos de una historia que no sucedió como nos quisieron y quieren hacer creer, y que probablemente jamás sabremos como lo hizo verdaderamente.
Y es que muchos olvidan que hoy como ayer muchos partidos políticos representantes de determinadas ideologías, no pudieron acceder a esa mal llamada democracia. Sensibilidades políticas que jamás han tenido oportunidad de llegar a la legalidad por la vía pacífica y que aún hoy, continúan prácticamente en la poca clandestinidad que los mass media les permiten.
No puede existir democracia en un sistema político económico y social donde no están representados todos sus ciudadanos, todas sus aspiraciones.
Recuerdo que en la carrera nos ensenyaron que los delitos eran de acción u omisión, no de pensamiento (con las salvedades y limitaciones que se imponen de los propios derechos humanos). Sin embargo la realidad es otra, y es que parece que existen crímenes ideológicos porque sin empunyar un arma, hay ciudadanos que no pueden participar del sufragio universal, uno de los pilares básicos de los sistemas democráticos. Ideologías contrarias al sistema económico neoliberal, al nacionalismo imperialista espanyol, afines a la izquierda (pero la de verdad, no el PSOE ni IU) y a la aplicación de una justicia que sólo existe si uno puede pagarla. Y es que quien tiene el dinero y el poder no gusta soltarlos. Así ha sido siempre, y así siempre será, y es que sólo hay que hecharle un ojo a libertad digital o escuchar a cualquiera de nuestros representantes políticos para darse cuenta de que no podemos cambiarlo.

Critican a los abstencionistas. Confieso que estas últimas elecciones fui conversa. Pero mientras no me demuestren que realmente quieren solucionar los problemas de los ciudadanos, no de sus votantes, ni de unos pocos, ninguno de ellos obtendrá mi voto. No sé si por suerte o por desgracia somos cada vez más. Tengo curiosidad por ver qué nos depara el futuro. Nunca antes habíamos despreciado tanto el voto como ahora. Y es que es la única forma que parecen tener de escuchar nuestra más ávida repulsa al sistema económico-social actual y a nuestros políticos.

Algo tendrán que hacer tarde o temprano.




Sonando I predict a Riot, Kaiser Chiefs
Watching the people get lairy Is not very pretty I tell thee Walking through town is quite scary And not very sensible either A friend of a friend he got beaten He looked the wrong way at a policeman Would never have happened to Smeaton And old Leodiensian La-ah-ah, la la lalala la Ah-ah-ah, la la lalala la I predict a riot, I predict a riot I predict a riot, I predict a riot.

2 Comments:

At 10:42 a. m., Blogger delirante said...

ole!
sí, algo deberían ir pensando en hacer... a veces me pregunto para qué están los analistas políticos dentro de los partidos -y del propio gobierno- si dejan pasar un dato tan importante y significativo que el de abstención...
espero que lo hagan pronto...

penny, no sé si lees a dru, pero su última entrada viene muy al caso: http://druescribe.blogspot.com/2007/05/ttol-en-blanc-o-abstenci-de-ttol.html

;)

besitos grandes, enormeeeees!!!

 
At 4:30 p. m., Anonymous Anónimo said...

Yo soy disciplinado y sigo votando, ¡of course! por muchas collejas que se merezcan los grandes, siempre pienso en esos casos en EEUU donde en las municipales vota un 5% d población y no se hunde nada, ni cambia nada, ni estalla ninguna revuelta en la que se queman banderas con las barras y las estrellas.

Creo que no me ata de pies y manos para nada, y ya soy un habitual en protestar respecto la gestión de los mismo a los que elijo. No es ninguna contradicción: es lo justo. Es el "mandar obedeciendo" que decia Marcos.

Como siempre, es una opción. Saludos!

 

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