martes, abril 06, 2004
La Pasión de Cristo (o como rodar una fábula, llena de supersticiones, sin ningún tipo de lógica o coherencia)
De Mel Gibson es la mano que clava la estaca de hierro en la cruz a Cristo, como del sr. Gibson es la interpretación inmadura, inconsecuente, discordante y absurda de los textos evangélicos.
Desde que tengo uso de razón, nunca he sido creyente, a pesar de mi educación durante 10 ańos en un colegio católico (de monjas), pero la historia de Cristo, sin embargo, siempre me ha atraído, por su repercusión histórica, social y, por supuesto, porque me maravilla la transformación de un revolucionario, en un mártir, y el cómo su muerte simboliza la salvación del hombre, por un milagro de Dios (nunca mejor dicho).
Para tratar esta película habría que diferenciar entre lo que está escrito en los evangelios, es decir, lo que escribieron los 4 apóstoles acerca de lo que sucedió, interpretando los acontecimientos mediante sus creencias; del plano de lo que realmente sucedió, que, desgraciadamente, jamás llegaremos a saber.
Por tanto, de entre las interpretaciones de los apóstoles, sumadas a la visión global impuesta por la religión católica de la pasión de Jesucristo, obtenemos una fábula fantástica, un cuento muy bien narrado lleno de milagros, traiciones, maldiciones, ajustes de cuentas, superstición y violencia, mucha violencia, que probablemente, sea el único ápice de realidad que haya en toda la historia (además de que Cristo fuera carpintero, hijo de María y José), y lo que mejor podamos constatar históricamente.
A partir de esta historia básica, tenemos la rodada por el seńorito Gibson, haciendo una “interpretación” (casi nula) de lo que para él, en sus creencias llevadas al extremo, fue la pasión de Cristo.
La Bíblia ha de ser interpretada, ya que lo escrito no coincide con la realidad, sino que son “parábolas”, “metáforas” o “historias” que relatan unos hechos, reflejando el fondo pero no la realidad objetiva. Así, lo que ha hecho Mel Gibson no es más que un calco de los evangelios, ańadiendo su toque personal que yo califico de grotesco, como el cuervo que le pica en el ojo al “mal” ladrón, así como cuando milagrosamente cura y repone una oreja cercenada.... (momentos en los que no pude evitar soltar una gran carcajada), a través de su visión inmadura de lo que es la leyenda, donde confunde fantasía y realidad a cada paso del vía-crucis.
Para mí, lo que Gibson quería expresar en esta película con la explicitud de las escenas violentas, es el sufrimiento real de Jesucristo durante lo que fue su pasión, y por ello las escenas de su tortura, crucifixión y muerte son, lo que el director pudo imaginar, todo lo violentas que fueron en época de Cristo. Y hasta aquí, me parecería explicable e incluso justificable mostrar la crudeza de lo que pudo ser el martirio real de un hombre que fue masacrado, con algunos gazapos de principiante poco entendido en materia, como crucificarle clavándole en la cruz por las manos, en lugar de por las muńecas. Pero Gibson quiso ir más allá, y mostrarnos el contraste entre la divinidad de un hombre y lo que tuvo que sufrir para salvar a la humanidad, confudiendo así, leyenda y realidad, y mezclando historia con ficción; con el propósito de enviarnos una vez más el rancio y soporífero mensaje de que Cristo salvó al hombre del pecado muriendo en la cruz, y que nosotros debemos estar agradecidos y orar por él, amarle y hacer su voluntad y la de nuestro padre Dios; que es lo que me parece aberrante en pleno siglo XXI.
Que si hay exceso de violencia en la película?! Para mí hubo varios momentos en los que tuve que apartar la mirada de la pantalla (y eso que suelo desmayarme con la sangre y no puedo ver ni un capítulo de Urgencias si marearme), pero fue más grande la sensación que tuve de que estaba viendo un “cuento tártaro”, un “colorín” o como queráis llamarlo, sumado a lo falso del maquillaje de las heridas de Cristo, y que en los primeros latigazos, ya tiene las marcas en la espalda..... me ayudaron a poder soportar los bastantes litros de sangre que utilizaron durante el rodaje.
Así que tampoco entiendo a qué viene tanto escándalo y tanta polémica...... pero claro, con el clero y la Iglesia hemos topado......... cuando se trata de contemplar las aberraciones que se cometieron con el pueblo judío durante el holocausto, podemos mirar inmunes, inmóviles e inmutables a la pantalla, pero cuando se toca al dios de los católicos.... ya se sabe, ojos que no ven, corazón que no siente, que es lo que la Iglesia Católica ha hecho siempre, por los siglos de los siglos.
Pero la película no evoca sólo violencia en los golpes, palos, latigazos, pisotones, patadas y demás muestras de violencia física contra el (según dice la leyenda) hijo de Dios; sino que emana violencia, maldad, cinismo, odio, venganza, sumisión y esclavitud propias de un Dios vengativo, de un Dios malo. De un mal dios, que es el Dios de los católicos.
Esta película nos demuestra con su crudeza, y sin ser (al menos creo yo) esa su intención, como Dios no es bondad, ni Dios es amor o libertad, sino que Dios es muerte y violencia, Dios es venganza, Dios es sumisión y esclavitud.
La fotografía, mejor que la de cualquier otra película acerca de la vida y muerte de Cristo que haya visto, pero claro, esta película es más nueva....... La banda sonora...... CARGANTE...... y creo que Gibson abusa de la técnica de la “cámara lenta”, que parece que Maria y Maria Magdalena sólo sepan llevarse las manos a la cara horrorizadas (a cámara lenta por supuesto, y con tambores repiqueteando de fondo.... pesada la banda sonora) viendo como apalizan a Cristo con la boca abierta........
En cuanto a la caracterización de Judas, me parece lamentable que se ridiculice un personaje de la historia de esa manera, o que se utilice al propio Cristo apalizado, a Satán y a unos nińos “endemoniados” para mostrarnos su arrepentimiento, y posterior suicidio. Todo eso me huele a rancia moralina cristiano-católica.
En cuanto a Satanás, me parece uno de los pocos aciertos de la película. Aunque es excesivo mostrarnos a un Satanás colérico al final del metraje cuando Cristo por fin muere y entrega su alma a su padre en lugar de a él. Sigue con la línea rancia de moral arcaica y conservadora.........
Pero no todo es negativo en la película de Gibson....... la polémica y la controversia generadas por su exceso de violencia y por rodar la película en los idiomas de la época (latín y arameo)..... le han dado un resultado asombroso, y por otro lado predecible, en taquilla, de otro modo la película hubiera pasado totalmente desapercibida y sólo la hubiéramos visto anunciar en las programaciones anuales en Semana Santa...... Sólo salvaría, de esta penosa producción a manos de un prepotente Gibson ,afirmando que llevaba al cine “la verdadera historia de Jesucristo”, las increíbles actuaciones de Jim Caviezel como Cristo y de Rosalinda Celentano como Satanás.
Quizá no entienda la conexión que existe entre la bondad de Dios y la muerte de Cristo y de por qué su tortura, muerte y posterior resurrección significan la salvación de la humanidad....... pero es que realmente no creo que Cristo fuera el hijo de Dios, ni creo que exista ningún dios. Simplemente creo que es una leyenda que se ha magnificado.
Cristo existió, y fue un revolucionario harto de vivir en aquellas condiciones, harto de que los valores de una sociedad fueran el ojo por ojo. Fue un maestro, un pensador, un filósofo, un pacifista, un hombre que mediante su palabra podía consolar, era capaz de apaciguar a las personas a través de la esperanza...... pero sufría de cierta demencia, o de cierto transtorno psicológico....... o quizá de un ego enorme, o quién sabe si de una esquizofrenia paranoide..... o de doble personalidad...... nunca lo sabremos. Y murió en la cruz, crucificado por los romanos, y entregado por su propio pueblo, sus propios fieles, sus sacerdotes........ de tan cansino que les resultaría en sus actividades, arrebatándoles competencias a ellos mismos....... Como siempre le digo a mi abuela para picarla........ por todo lo dicho, sé que “me va a castigar dios”, pero las nińas buenas van al cielo, y las malas a todas partes...... así que prefiero divertirme que pasar la eternidad en el cielo, entre nubes, en pańales, tocando el arpa y sin sexo.
LUX dixit.
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