lunes, septiembre 27, 2004

Mar Adentro Sí, por fin voy a poder criticar a Amenábar y a su película estrella con conocimiento de causa, y no me equivocaba al criticarlo a priori. Amenábar no ha sabido dar el paso de lo fantasmagórico a lo real.
En contra de lo que opina la mayoría de la gente que la ha visto, me ha parecido una película terriblemente apática, aburrida, lenta, vacía, superficial. La eutanasia mirada a través de los ojos del Ramón Sampedro que Amenábar ha querido reconstruir, un Ramón Sampedro plano, incapaz de crear vínculos afectivos o siquiera de mantener una conversación en la que no aparezca la frase "quiero morirme". Un Ramón Sampedro que le sirve al ninyo mimado del cine espanyol para contar una historia que no es más que una sucesión de tópicos y estereotipos de lo que imaginamos los profanos que puede pasar en casos en los que una persona pide auxilio para morir. Al fin y al cabo, la película no es más que una versión libre (por no decir prácticamente inventada) de lo que ocurrió, y lo único que ha hecho Amenábar es basarse en el personaje para contar su historia y que ésta contase con mayor gancho comercial (así como la polémica utilización de la declaraciones sobre su homosexualidad en plena promoción). La historia bien podría haberse desvinculado del nombre y la caracterización de Sampedro, pues son lo único realista de la cinta, que bien podría haber resultado un film de ficción acerca de un enfermo que quería su propia muerte. Quizá lo único real de todo, además de que Sampedro quería verdaderamente morir, son todos esos secundarios que arropan al personaje principal, tanto a nivel interpretativo como a nivel humano. Sobre los protagonistas decir que ni Javier Bardem está tan brillante como en "Antes que anochezca", ni Belén Rueda se deshace totalmente de su lastre televisivo personal, y durante las dos horas aproximadamente que dura la película, tienes la sensación de que está fuera de lugar. Lola Duenyas es la única que merece elogios, aunque no deja de interpretar el típico secundario del cine espanyol por excelencia, la pobre desgraciada graciosa a la que miramos con ternura pero siempre desde la distancia (véase Fernando "Tejero en Días de fútbol", o Alberto SanJuan y María Esteve en "El otro lado de la cama"). La historia de amor entre la abogada y Sampedro es una tomadura de pelo, además de ser el hilo por el cual destapamos y descubrimos la superficialidad con la que se nos narra la historia. -Una abogada estupenda con una enfermedad degenerativa intenta "salvar" al desgraciado tetrapléjico gallego que resulta ser un hombre maravilloso. Se enamoran y deciden que los dos morirán, pero antes deben acabar el libro que Sampedro escribe con la boca. El mismo día de la primera edición de su libro, ella correrá en su auxilio, le ayudará a morir y después se suicidará.- (Venga!! no me hagas reir Alejandrito ahí se te ha ido la mano y de la biopic te has pasado a la telenovela venezolana). Sobre la banda sonora, me parece totalmente inapropiada. Sí, ya sé que Sampedro y su família son gallegos y que la mayor parte de la trama se sitúa en Galícia, pero eran necesarias esas gaitas como si de Hevia en la vuelta ciclista a Espa?a se tratase? Que no estamos ante una aventura épica, o ante un drama histórico, nos enfrentábamos a un drama realista sobre la trágica historia de un hombre que reclamaba para sí la eutanasia. Un hombre que después de llevar 28 anyos postrado en una cama y prácticamente sin salir de su habitación, sale por primera vez, ve la luz del sol por primera vez en muchos anyos, contempla el paisaje, las montanyas, el mar, la ciudad... y de fondo le ponen música celta para pegarse unos bailoteos. De chiste!! No hubiera sido mejor un temita con regusto a gaita pero lento, al estilo de la banda sonora de "Verónica Guerin", para dar emoción y profundidad a esa salida y a las sensaciones y sentimientos de Sampedro, y no para dotarla de más superficialidad, por si Amenábar se hubiera quedado corto en el resto del largometraje. El montaje es totalmente previsible, con un flashback de Sampedro justo antes del momento del accidente rascándose la cabeza, como signo premonitorio de su "golpe" contra el lecho del mar, una vez bajada la marea, y su salvamento. El típico "vi pasar los momentos más importantes de mi vida", mientras Belén Rueda ojea cigarro en mano, como si de diapositivas se tratase, las pocas fotos de la vuelta al mundo de Sampedro al son de la entrevista que acaba de grabarle. Otro signo más de superficialidad, ese falso enamoramiento, esa descabellada relación que crea Amenábar a raíz de la impresionante vida de Sampedro, que además confiesa en ese preciso momento a su dulce abogada, que no puede amar a nadie, que debió morir al golpearse aquel día en la playa. Así como esa escena de su muerte, montando su muerte real con la muerte imaginaria que él hubiera deseado para sí como pesadilla que se le repite, y borrando de esa manera los 28 anyos que ha vivido enfermo, como si no hubieran significado nada para él, como sino hubieran existido. El miso Sampedro ficticio que cuando su enamorada vuelve a Barcelona, le confiesa que ha merecido la pena vivir ese infierno (refiriéndose a sus 28 anyos de inmovilidad) sólo por conocerla y haber vivido esos pocos momentos a su lado; afirmación que contradice todo el sentido de la película. Y qué decir del topicazo final, cuando Sampedro desilusionado por el abandono de su heroína, le "come la oreja" a Rosa, y le dice, sabiendo que ella está enamorada de él y que le acaba de confesar que él le da ganas de vivir, que será quien le ame realmente quién le ayude a morir con dignidad. Los diálogos son, como el resto de la película, superficiales, basados en tópicos y estereotipos, como si los personajes recitaran discursos sobre la eutanasia. Unos a favor, otros en contra, pero siempre con ese regusto a discurso vacío y moralizante, como si se tratara de cánticos para una manifestación. Vivir es un derecho no una obligación!! No me olvido de la rapidez con la que hablan todos los personajes, no sé si por exigencias del guión o porque tenían un petardo metido en el culo. La cuestión es que el espectador entienda los diáologos, no que los deduzca. Los chistes, lo más trillado de la película. Fumo por si me mata, ráscame la pierna, me has pellizcado y me duele, el ninyo se piensa que está fingiendo... Sobra, todo eso sobra. La película trata sobre la MUERTE, sobre una persona que quiere morir, querría suicidarse pero no puede, necesita la ayuda de alguien, lo cual hace la situación más desesperada, y Javier Bardem sonriendo. Cuando lo interesante de la historia hubiera sido contar qué es lo que le hace llegar a una persona al punto de desear su muerte, el origen de eso, el sufrimiento de una persona postrada en una cama sin posibilidad de mover más que la cabeza, una profundidad que Amenábar era incapaz de darle. Quizá Medem, Almodóvar, Icíar Bollaín, Isabel Coixet o Garci, pero no Amenábar. Todo esto, sin perder la sonrisa de la cara, porque quién de nosotros dejaríamos de sonreir si no pudiéramos movernos y si tuviéramos que pasar el resto de nuestras vidas en una cama? Bardem no deja de lanzar sonrisas, sólo en la escena que supongo que pretenderá mostrar que Sampedro es humano (esa en la que se despierta en plena noche cuestionándose por qué quiere morir) aparca la sonrisa para dejar paso al ataque de ansiedad. Y el epílogo final, ese ensenyándonos su desgracia, cuando ya sabíamos lo que le iba a pasar a Belén Rueda. Esa conversación mostrándonos el estado prácticamente vegetativo en el cual se encuentra la mujer, como moraleja final para que el espectador se la tome como quiera pero siempre sonando de fondo eso de "mira lo que le ha pasado por no cumplir su promesa". El resultado de la película es totalmente decepcionante, aunque no me esperaba menos de Amenábar, una persona -políticamente correcta- que no quiere perder su puesto como director estrella del cine espanyol y que no pretende "crear polémica". Y verdaderamente lo consigue, consigue dirigir una película con una historia que podría haber dado una de las grandes historias jamás rodadas para el cine espanyol, pero que al final sólo nos da una de cal y otra de arena. Ahora la eutanasía es buena, pero ahora es mala. Unos pueden pedirla, pero otros no. Como Sampedro era ateo, no creía en la vida después de la muerte y por ello escogió su muerte, ya que no temía las represalías en el más allá. Una auténtica lástima que un tema tan apasionante como la eutanasia sea llevado al a gran pantalla por un director que debería seguir entre fantasmas e historias de criogenización. Si sois de los que os gusta ver buen cine y no películas que no pasan de la fachada, no perdáis el tiempo ni el dinero. Si sois de los que os gustan las superproducciones y os tragáis hasta las películas de Vin Diesel y las de Adam Sandler, saldréis pensando, como muchos, que es una obra maestra. Al fin y al cabo es una película disenyada para gustar, comercial 100%, y para que los no exigentes salgan creyendo haber visto algo profundo. Por mi parte, voy a ver si arreglo este desastre cinematográfico viéndome algo de Kubrick... tal vez "la chaqueta metálica". Sonando 2:1, Elástica - Trainspotting OST Keeping a brave face In circumstances is impossible Cannot describe So many decisions It's impossible To know which is The proper order The best position to be in take advantage or so it seems the way it goes. Sandman comes (it's tragic) Two to one (laid down on your side) In the dark (Too easy) Dark reflections (you know that you know) In my head (You're soaking wet) In my bed (You talk too much) Again (It's not necessary).