miércoles, febrero 14, 2007

Se armó el Belén

Últimamente parece que todo gire entorno al conflicto vasco y a De Juana Chaos, se ha politizado incluso el mundo del deporte a raíz de un artículo de opinión que Oleguer, jugador del F.C. Barcelona, escribió en un diario on-line independiente del que es colaborador habitual.
Y esta semana por fin hemos conocido la decisión del Tribunal Supremo, sentencia FIRME que condena a tres anyos de prisión al etarra (rebajando considerablemente la pena impuesta en primera instancia) por un delito de amenazas no terroristas en base unos artículos de opinión escritos para el diario Gara.
Se han dicho y escrito muchas barbaridades sobre De Juana desde los mass media, pero en mi humilde opinión, ninguno de estos medios ha informado verazmente de la realidad de este preso; y en estas pocas líneas me gustaría dar mi punto de vista sobre el tema.

Inyaki De Juana Chaos fue procesado y condenado a 3000 anyos de prisión bajo el Código Penal de 1973 (código penal de los últimos anyos del Franquismo, con unas primeras modificaciones en los inicios del régimen "democrático"). Bajo estas normas, se establecía, por la acumulación de penas y otros beneficios penitenciarios, que el preso debía cumplir con su deuda a la sociedad 20 anyos de prisión. Finalmente De Juana debía ser excarcelado en 2005.
Bajo la presión política y mediática a la que el Partido Popular tenía y tiene sometido al Ejecutivo, en su afán golpista de acoso y derribo al gobierno socialista, los Tribunales decidieron no excarcelar a De Juana y mantenerlo en prisión, imputándosele un delito de amenazas terroristas y un delito de pertenencia a banda armada.
De Juana, en prisión provisional, fue condenado por la Audiencia Nacional a 12 anyos y medio de cárcel, desestimando así la petición de la acusación particular que pedía nada menos que 96 anyos de prisión por estos hechos.

A partir de aquí la trama se complica. De Juana inicia una huelga de hambre reclamando los derechos fundamentales que creyó vulnerados al dictarse esta condena. Y que, efectivamente, se han visto vulnerados
El debate surge a raíz de lo que es considerado por la sociedad una pena injusta por los 25 asesinatos cometidos.
El Estado de derecho, se construye con la finalidad de organizar a la sociedad y para ello, se establecen una serie de normas que regulan los ámbitos de la vida tanto pública como privada de los ciudadanos, normas que deben cumplirse.
La norma suprema, norma que da vida al sistena, es la Constitución de 1978, que en su artículo 9 apartado 3º establece, entre otras cosas, la irretroactividad de las disposiciones sancionadoras no favorables o restrictivas de derechos individuales, la seguridad jurídica, la responsabilidad y la interdicción de la arbitrariedad de los poderes públicos.
Qué significa este jeroglífico? En resumen, que las normas serán cumplidas, que los poderes públicos, entre ellos el judicial, deben regirse según esas normas y en ningún caso serán arbitrarios y que las disposiciones sancionadoras, en este caso el derecho penal, serán irretroactivas, es decir, que no podrán ser aplicadas en caso de que perjudiquen al sancionado.
De Juana fue procesado y condenado por un código penal actualmente derogado, y por tanto, no podía modificarse su condena en base a la nueva normativa (Código Penal de 1995 y posteriores modificaciones); por tanto, para mantenerlo privado de libertad había que encontrar otra causa por la que enjuiciarle.
Los dos artículos escritos por De Juana fueron el pretexto que los Tribunales y tanto el Ejecutivo como la oposición utilizaron para mantenerlo en prisión, vulnerando así el precepto constitucional anteriormente citado.
La pena impuesta, a todas luces desorbitada dada la naturaleza de los artículos, fue detonante de la situación actual, De Juana tras 99 días en huelga de hambre, corre el riesgo de morir y convertirse en un mártir (en cierto modo, ya lo es).
Asociaciones de víctimas y otros colectivos, empujados por una oposición viperina, emponzonyan el sencillo debate de hacer cumplir con las leyes que regulan nuestro estado de derecho. No tienen en consideración que De Juana, ya pagó su deuda por los asesinatos que había cometido. Que la ejecución de la condena sea o no injusta es un debate diferente que no debe mezclarse con la legitimidad de la excarcelación del etarra.
Que los artículos escritos por De Juana constituyan o no amenazas terroristas es interpretable, pero lo que es indiscutible, es la manipulación política del poder judicial en este caso. Sin ser una postura radical, simplemente legalista, De Juana debió haber salido de prisión en 2005; y en todo caso, el debate sobre si esos artículos se consideraban o no amenazas terroristas, debió ser un debate hecho con De Juana en libertad, al menos hasta el final de la instrucción.
Oleguer ha sido castigado por opinar algo parecido. A los que pensamos de este modo, simplemente por opinar que las leyes deben ser cumplidas, se nos tacha de proetarras, terroristas, asesinos y barbaridades semejantes.
Yo sólo creo que la ley ha de aplicarse en función de los hechos y no del sujeto que comete los hechos. Si queremos realmente que el conflicto vasco se solucione de una forma pacífica, hay que dejar de aplicar la ley en conveniencia con los intereses políticos de unos y otros partidos. Hay que abogar por el diálogo, por la negociación con los representantes políticos de la izquierda aberzale. Debemos alzar nuestras voces discordantes todos aquellos que tenemos un poco de sentido común y que no seguimos a los jinetes del apocalipsis. Es nuestro deber como ciudadanos expresar que otra Espanya es posible, que existen alternativas y que el Estado de derecho continúa vigente porque garantiza la igualdad entre desiguales.
Y quiero abogar por Oleguer, contra quien ha atacado el PP y su marca de ropa deportiva Kelme, rescidiéndole el contrato que tenían con él. Espero que Oleguer demande a la empresa y reciba una buena compensación económica para que vea reestablecido su vulneradísimo derecho a la libertad de expresión.
Sobre De Juana, no defiendo ante nadie ninguno de sus asesinatos, simplemente hay que hacer cumplir la ley, y si está equivocada hacer por cambiarla. Sería muy peligroso vulnerar aún más la ley al antojo del Ejecutivo de turno.
A todo esto, Oleguer continúa calzando botas de fútbol marca Kelme, que son las que utiliza desde que era ninyo.

Sonando You know my name (look up the number) - The Beatles
You know my name (look up the number) you, you, you know my name, you you, you know my name. you know my name (look up the number).